La verdad sobre el dolor al amamantar: No es normal, y tiene solución

Amamantar es una experiencia natural y hermosa, una conexión profunda entre madre y bebé que ofrece innumerables beneficios. Sin embargo, para muchas madres, este viaje se ve empañado por el dolor. Es un mito común creer que «amamantar duele al principio y hay que aguantar». ¡Esto no es cierto! Si bien puede haber una ligera molestia inicial al comienzo de la toma, el dolor al amamantar persistente o intenso es una señal de que algo no está funcionando correctamente. Y la buena noticia es que, en la mayoría de los casos, tiene una causa identificable y una solución.

Este artículo tiene como objetivo desmitificar el dolor al amamantar, explorar las causas más comunes y ofrecer soluciones prácticas y realistas. Entender el porqué del dolor es el primer paso para superarlo y poder disfrutar plenamente de esta etapa tan especial.

Causas comunes del dolor al amamantar y cómo solucionarlas

La mayoría de las veces, el dolor durante la lactancia se debe a problemas de agarre o posición, pero existen otras causas que también es importante reconocer.

1. Mal agarre del bebé – dolor al amamantar

Causa: Es la razón más frecuente de dolor en el pezón. Cuando el bebé solo succiona la punta del pezón en lugar de abarcar una buena porción de la areola, ejerce presión excesiva y fricción, provocando dolor, grietas y lesiones.

Soluciones:

  • Asegurar un agarre profundo: El bebé debe tener la boca bien abierta (como si bostezara) y abarcar una buena porción de la areola, no solo el pezón, en un acople asimetrico, tomando mas de abajo que de arriba de la areola. La barbilla debe estar tocando la mama.
  • Boca de pez: Los labios del bebé deben estar evertidos (hacia afuera) sobre el pecho, no hacia adentro.
  • Espera la señal: No fuerces el agarre. Espera a que el bebé abra la boca bien grande antes de acercarlo rápidamente al pecho.
  • Señales de un buen agarre: No hay dolor, puedes ver la mandíbula del bebé trabajando activamente y escuchas degluciones (tragadas). Los pezones no deben salir aplastados o con forma de lápiz.

2. Posición incorrecta de la madre y/o el bebé

Causa: Una posición incómoda o que no permite un buen alineamiento entre madre y bebé puede dificultar un agarre eficaz y generar tensión en el cuerpo de la madre generando dolor al amamantar.

Soluciones:

  • Comodidad ante todo: Siéntate o acuéstate en una posición cómoda, usando almohadas para apoyar tu espalda, brazos y al bebé.
  • Bebé bien alineado: El bebé debe estar «panza con panza» con la madre, con su oreja, hombro y cadera en línea recta. No debe girar su cabeza para alcanzar el pecho.
  • Soporte adecuado: El peso del bebé debe estar apoyado, no colgando de tu brazo o pecho.
  • Prueba diferentes posiciones: Cuna, cuna cruzada, balón de rugby, acostada de lado… encuentra la que mejor funcione para ambos.

3. Ingurgitación (pechos muy llenos)

Causa: Sucede cuando los pechos se llenan excesivamente de leche, volviéndose duros, tensos y dolorosos. Puede dificultar el agarre del bebé y el drenaje de la leche. Es común en los primeros días postparto o si hay saltos de tomas.

Soluciones:

  • Amamantar a demanda: Extrae la leche con la frecuencia necesaria para aliviar la plenitud.
  • Ablandamiento por presión inversa (API): Presiona suavemente la areola con los dedos alrededor del pezón para ablandar el área y facilitar el agarre del bebé.
  • Compresas frías: Después de amamantar, pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
  • Extracción manual o sacaleches: Extrae un poco de leche antes de la toma para ablandar el pecho y permitir que el bebé se agarre mejor.

4. Conductos obstruidos (tapados)

Causa: Un conducto de leche se bloquea, impidiendo el flujo. Se siente como un bulto doloroso, sensible y a veces enrojecido en el pecho, que puede acompañarse de dolor punzante durante las tomas.

Soluciones:

  • Calor húmedo: Aplica una compresa tibia y húmeda en el área afectada antes de amamantar o extraer.
  • Masaje: Masajea suavemente el bulto hacia el pezón durante la toma, desde la base del pecho.
  • Amamantar con frecuencia: Ofrece el pecho afectado primero y con mayor frecuencia para ayudar a drenar el conducto.
  • Cambio de posición: Coloca al bebé de modo que su barbilla apunte hacia el bulto, lo que ayuda a un drenaje más efectivo de esa zona.

Imagen de hand massaging a breast, indicating a clogged duct

5. Mastitis

Causa: Una infección bacteriana del tejido mamario, a menudo resultado de un conducto obstruido no tratado. Es más grave que un conducto tapado.

Síntomas: Dolor intenso, enrojecimiento, calor e hinchazón en el pecho, fiebre (generalmente >38.5°C), escalofríos, fatiga y síntomas similares a los de la gripe.

Soluciones:

  • Consulta médica inmediata: Necesitas un diagnóstico y probablemente antibióticos.
  • Continuar amamantando/vaciando el pecho: Es crucial seguir drenando el pecho afectado con la frecuencia habitual para evitar el empeoramiento.
  • Descanso e hidratación: Reposo y líquidos abundantes son fundamentales para la recuperación.

6. Candidiasis (algodoncillo o muguet)

Causa: Infección por hongos (Candida albicans) que puede afectar tanto los pezones de la madre como la boca del bebé.

Síntomas (madre): Dolor punzante, ardor o picazón en los pezones que puede extenderse hacia el interior del pecho, especialmente después de amamantar. Los pezones pueden verse rojos, brillantes, escamosos o no tener cambios visibles. Síntomas (bebé): Placas blancas en la boca (lengua, encías, interior de las mejillas) que no se quitan al frotar, o dermatitis del pañal por hongos.

Soluciones:

  • Tratamiento médico para ambos: La madre y el bebé deben ser tratados simultáneamente con antifúngicos recetados por un médico.
  • Higiene: Lava tus manos con frecuencia, hierve los chupones, biberones y juguetes del bebé que se llevan a la boca.

7. Pezones irritados o agrietados

Causa: Principalmente por un mal agarre o fricción. También pueden ser resultado de uso incorrecto del sacaleches, productos irritantes o sequedad.

Soluciones:

  • Mejorar el agarre: Es la solución fundamental para prevenir y curar las grietas.
  • Lanolina purificada: Aplica una pequeña cantidad después de cada toma para proteger y humectar.
  • Leche materna: Extiende unas gotas de tu propia leche en el pezón y la areola al final de la toma y déjala secar al aire. Tiene propiedades curativas.
  • Mantener la zona lo mas seca posible: Evitar el uso de protectores de algodon o cambialos frecuentemente, evitando mantener la humedad.

8. Vasospasmo del pezón (Fenómeno de Raynaud)

Causa: Los vasos sanguíneos del pezón se contraen excesivamente, generalmente después de una exposición al frío o por un agarre ineficaz.

Síntomas: Dolor intenso y punzante, sensación de ardor en el pezón. El pezón puede volverse blanco, luego azul y finalmente rojo.

Soluciones:

  • Calor: Aplica calor seco o húmedo en los pezones inmediatamente después de amamantar o exponerlos al frío.
  • Evitar el frío: Cúbrete los pezones al salir de la ducha o al exponerte a corrientes de aire.
  • Mejorar el agarre: Un agarre eficaz ayuda a prevenir el vasospasmo al asegurar un drenaje óptimo y reducir la irritación.

9. Frenillo lingual o labial corto en el bebé (anquiloglosia/anquilolabia)

Causa: Una condición donde la membrana debajo de la lengua (frenillo lingual) o dentro del labio superior (frenillo labial) es demasiado corta o restrictiva, impidiendo que el bebé mueva la lengua o el labio de forma adecuada para un agarre eficaz.

Síntomas: Dolor persistente en los pezones de la madre (a menudo aplastados o con forma de lápiz), tomas muy largas o muy cortas, clics o chasquidos durante la toma, bajo aumento de peso del bebé, inquietud al pecho.

Soluciones:

  • Evaluación profesional: Necesita ser diagnosticado por un profesional capacitado (pediatra, consultora de lactancia, odontólogo pediátrico) que evalúe la funcionalidad del frenillo.
  • Tratamiento: Si se confirma que el frenillo funcionalmente corto es la causa del problema, se puede considerar un procedimiento simple llamado frenotomía (corte del frenillo).

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Es fundamental buscar apoyo especializado si:

  • El dolor es persistente, intenso o empeora.
  • Sospechas de una infección (mastitis, candidiasis) o tienes fiebre.
  • Los problemas de agarre o posición no mejoran con los ajustes iniciales.
  • Hay lesiones en los pezones (grietas profundas, sangrado, ampollas).
  • Tienes preocupaciones sobre el aumento de peso o la salud de tu bebé.
  • Sientes que has intentado de todo y la frustración te supera.

No dudes en contactar a una consultora de lactancia, tu pediatra, ginecólogo u otro profesional de la salud con experiencia en lactancia. Ellos pueden evaluar la situación, identificar la causa exacta del dolor y ofrecer un plan de acción personalizado.

Conclusión: El dolor al amamantar no es parte de la lactancia, es una señal

Recordar que el dolor al amamantar no es una parte inevitable del proceso es el mensaje más importante. Es una señal de que algo necesita atención y, casi siempre, puede resolverse. Buscar información, ajustar la técnica y no dudar en pedir ayuda profesional son los pilares para transformar una experiencia dolorosa en el vínculo hermoso y sin molestias que la lactancia está destinada a ser.

Confía en tu instinto de madre y en el apoyo de profesionales. Tu bienestar es crucial para el de tu bebé, y mereces disfrutar plenamente de este tiempo juntos.